Los productos excitantes tradicionales como el té y el café conviven en este mercado con innumerables bebidas energéticas con cantidades de cafeína que varían entre los 80 miligramos -lo que equivale aproximadamente a una taza de café- hasta los 280 miligramos. Y la industria alimentaria mira con esperanza al futuro de las bebidas relajantes, basadas en sustancias como la melatonina (http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/druginfo/natural/940.html), la teanina (http://es.wikipedia.org/wiki/Teanina) y la kava (http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/druginfo/natural/872.html), una controvertida planta del Pacífico Sur cuya raíz se utiliza en la fabricación de medicamentos. Según un informe de la industria de las bebidas relajantes (http://www.prweb.com/releases/2011/12/prweb9067826.htm) elaborado el año pasado por la compañía estadounidense IBISWorld, de 2006 a 2011 los ingresos de la industria aumentaron un 68,7 por ciento en Estados Unidos. El hecho de que exista un mercado de productos de ayuda para dormir ha permitido que este tipo de bebidas, relativamente nuevas, augura un futuro prometedor para los próximos cinco años. Sobre todo teniendo en cuenta que el National Health Institute calcula que más de 53 millones de personas tienen problemas relacionados con el sueño en el país americano.
Los trastornos del sueño también han espoleado el desarrollo de fármacos para males como el insomnio y el desarrollo de tratamiento clínico para trastornos comunes como la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas y la narcolepsia, incentivando a la industria farmacéutica. Ya no sorprende el uso de pastillas de melatonina, una hormona que participa en el ajuste de los ciclos de vigilia-sueño, para corregir los efectos del jet lag (http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002110.htm). Precisamente, el molesto jet lag es una consecuencia directa del estilo de vida moderno. Pero ya pasó el tiempo en el que solo los empresarios internacionales sufrían el desfase de sus relojes internos. Las jornadas que no respetan nuestros relojes biológicos y la tendencia a mantenernos conectados a incesantes redes de información, nos ponen a todos en el punto de mira de todo tipo de productos para dormir para mantenernos activos.
Horarios destructivos
“Hemos identificado un síndrome en la sociedad moderna que no ha sido reconocido hasta hace poco”, asegura el investigador de la Universidad de Munich Till Roenneberg, quien ha participado en un estudio epidemiológico (http://www.cell.com/current-biology/retrieve/pii/S0960982212003259) a gran escala publicado en la revista científica Current Biology que relaciona el jetlag social con el incremento de la obesidad. El jetlag social “tiene que ver con la discrepancia creciente entre los ciclos de nuestro ‘reloj fisiológico’ y los horarios que nos marca el ‘reloj social’. Como resultado de este jetlag social, las personas tienen una falta de sueño crónica. También son más propensos a fumar y a beber más alcohol y cafeína. Ahora hemos mostrado que el jetlag social también contribuye a la obesidad; el argumento de que el jetlag social es realmente malo para nuestra salud está creciendo”, advierte. Y alrededor del 70 por ciento de las personas tiene un desfase de más de una hora entre su reloj biológico y el social.
El jetlag social se concentra en los periodos laborales y lectivos, y nos hace acumular horas de sueño que recuperamos los fines de semana. No hay duda de que ha brindado nuevas oportunidades de negocio y que los vendedores de remedios tradicionales como la tila, valeriana, el té y el café ya no están solos en el negocio. Lo preocupante es que parece que las nuevas generaciones están ya habituadas a la falta de sueño.
Alumnos menos despiertos
Los hábitos de los adolescentes son totalmente diferentes de los que recuerdan la mayoría de sus padres. Entre otras cosas, los dispositivos electrónicos modernos han dibujado el concepto de ‘atención multitarea’, que se refiere a la capacidad de prestar atención simultánea a diferentes actividades como hablar por chat, jugar a videojuegos, navegar por Internet, ver la televisión, hablar por teléfono y escuchar música en el reproductor mp3. Según un curioso estudio piloto (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19482732) publicado en 2009 en la revista especializada Pediatrics que analizaba los hábitos de los adolescentes a partir de las 21 horas, en el que participaron cien estudiantes de entre 12 y 18 años, cuanto más avezado en la atención multitarea en el tiempo libre previo a la hora de dormir, menos horas de sueño. El estudio hace hincapié en que el tiempo de sueño de quienes viven en Estados Unidos ha descendido entre una y dos horas en las últimas cuatro décadas, y todo apunta a que la tendencia no va a revertirse.
El estudio apoya que las bebidas con cafeína parecen haberse asentado en un nicho de futuro. El 85 por ciento de los participantes indicaron consumir bebidas con cafeína, y solo el 27,5 por ciento bebía menos del equivalente a un café, que establecieron en 100 miligramos. Los datos no solo apoyan la tendencia a recurrir a bebidas excitantes sino que podrían allanar el camino a los productos relajantes como compensación.
El problema es que mantenerse alerta por la noche conlleva una disminución de la concentración e irremediables ganas de dormir por el día. Quizá la respuesta a estos problemas no sea más que nuevos mercados aún más grandes, como el de la neurofarmacología ¿Conseguirá esta ciencia la droga del sueño perfecta gracias a los avances del funcionamiento cerebral?
Artículo publicado para el máster de la UNED de Periodismo Científico y Comunicación Científica
Hace tiempo que discuto sobre este tipo de problemas, me parece muy interesante y mucho más grave de lo que a priorí pudiera parecer.
ResponderEliminarPara ser personas sanas, debemos mantener sano nuestro cuerpo y nuestra mente. Una de las necesidades básicas para ello es dormir DE NOCHE y suficientes horas, sin interrupción.